El fin de un buen libro es siempre triste, aunque la narrativa termine en un final feliz. Es triste porque las expectativas de leer cada una de las hojas del libro, respirar su olor a nuevo y descubrir cada cambio en la trama y el argumento narrativo dejan de ser posibles. Siempre es posible tomar otro libro y seguir leyendo, pero ese libro en particular, ese que es unico y especial ha llegado a su fin. Puede que otros libros te hagan sentir sublime nuevamente, pero sabes que una experiencia como aquel es dificil de hallar entre tantas publicaciones con portadas bellas pero contenidos decepcionantes.
Cuando has experimentado la deliciosa sacudida de entrar en un libro lo suficiente como para no poder concentrarte en nada mas que en darle la vuelta a la pagina, quiere decir que has tenido la suerte de encontrarte un libro merecedor de un epilogo. Un comentario ultimo, una ultima reflexion para acompaniar el melancolico camino del fin de las expectativas. El fin de una etapa pero el comienzo de otra, la nostalgia de lo que pudo haber sido si el final no hubiese sido el que fue. La alegria de descubrir lo que pudo ser y lo que fue capaz de entregarte ese libro, contruyendo tu madurez.
Lo odias pero lo amas. Ese libro es odiado por terminar, pero es amado por descubrir lo que ha construido en ti...
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